La resistencia a ambientes agresivos es otra ventaja clave de las cubiertas autoportantes. Al garantizar que toda la superficie de la cubierta esté galvanizada, se proporciona una protección duradera contra la corrosión y otros daños causados por condiciones climáticas adversas o ambientes industriales exigentes. Además, la máxima estanqueidad de las cubiertas autoportantes es posible gracias a la construcción de arcos continuos que se solapan entre sí, evitando la presencia de juntas que puedan comprometer la integridad estructural y la impermeabilización de la cubierta.
Por último, la ausencia de mantenimiento es una ventaja significativa de las cubiertas autoportantes. Gracias a la calidad de la materia prima utilizada y a las características inherentes del sistema, no se requieren trabajos de mantenimiento para evitar la corrosión o las goteras, lo que ahorra tiempo y dinero a lo largo de la vida útil de la estructura. En resumen, las cubiertas autoportantes ofrecen una serie de ventajas clave, incluyendo la reducción de costes, rapidez de montaje, diseño innovador, resistencia a ambientes agresivos, máxima estanqueidad y ausencia de mantenimiento, lo que las convierte en una opción atractiva y rentable para una variedad de aplicaciones arquitectónicas.